La verdad es que no tenía ninguna intención de hacer esta foto en concreto, es decir no iba buscando esa imagen, simplemente llevaba la cámara en la mano, y me pareció un buen motivo para fotografiar.
Podríamos hacer todo un pueril tratado de pobreza en las ciudades, hambre, miseria y desplazamiento social. Nada más lejos, aunque estos tiempos sean propicios para ese tipo de denuncias, esta imagen se debe más al azar que a una idea de denunciar nada.
En realidad no fue una, si no dos las fotos que le hice a esta mujer, la primera le pilló distraída, y ni siquiera reparó en mi presencia, fue al hacer el segundo disparo cuando me miró fijamente. Supongo que cuando estás en la calle durante varias horas diarias, eres capaz de analizar de una manera más o menos eficaz los movimientos de las manos de la gente, si se llevan la mano al bolsillo, si abren la cartera o el bolso y sacan algunas monedas, etc…, ¡pero que le hagan una foto!.
Cuando guardo la cámara, y me aseguro que la bolsa está bien cerrada (estamos en Madrid), me fijo en que me sigue mirando con determinación, lo cual ciertamente me apura un poco. Cuando retomamos el camino y paso junto a ella, que no ha dejado de mirarme, y en vez de soltar unas monedas que es lo que ella sin duda estaba esperando, se me ocurre decirle jovialmente ¡Hi! (un saludo informal en inglés y que suena algo así como ¡Jai!). Mi acompañante se me queda mirando con sorpresa y me pregunta ¿Hi? Más incomodidad aún, ya son dos las personas que me miran fijamente.
Me olvido de la señora y le respondo a mi acompañante que en realidad lo de saludar de esa manera, a sido más una ridícula cortesía que otra cosa, y que no tiene mayor importancia. Y entonces me pregunta que si era necesario, le respondo que me daba apuro pasar junto a ella sin siquiera saludar y… «¿la foto?, me refiero a si era necesario hacerle una foto a alguien que está mendigando” me dice.
Pues…
Futuro Imperfecto 